sábado, 31 de octubre de 2009

Libertad en Kentish Town

A las 11 de la mañana salía de casa de Adrian dirección Nothing Hill. Allí me esperaba el Hostel 63, un magnífico lugar donde pasar la siguiente semana acompañado de 7 compañeros de cuarto por un módico precio de 68 pounds.

Una vez llegué a Prince Square pasé unos minutos mientras encontraba el Hostel. En el momento que estaba justo en la puerta mi móvil empezó a sonar. Era una chica que me preguntaba si aún seguía buscando habitación, por lo visto había visto mi anuncio en Gumtree y, aunque nunca antes había cogido un chico, le parecía que encajaba muy bien con el tipo de persona que estaba buscando. Le pregunté que cuando podía ir a verlo, que en esos momentos estaba literalmente en la puerta de un Hostel para pasar la próxima semana. Ella me decía que no, que no entrara en el Hostel que iba a pagar mucho dinero por nada, que la habitación estaba muy bien, que la primera persona que la viera se la quedaba, que fuera a verla ahora. Le decía que tenía que entrar a las 2 pm a trabajar y que no salía hasta la 12 de la noche, que tenía que dormir en algún lado.

“No te preocupes -me decía- puedes dormir en el sofá cama del salón y dejar tus cosas aquí”.

La verdad es que todo sonaba muy bien, el precio encajaba perfectamente con lo que buscaba, la zona no me parecía mal y la chica era muy simpática por teléfono.  Me indicó que metro tenía que coger para llegar a su casa, y que nos veríamos  en 30-40 minutos.

Eran las 12, faltaban 2 horas para que empezara mi turno en el restaurante, sin duda iba a llegar tarde a trabajar, así que llamé al trabajo para decir que me retrasaba, que llegaría entre las 2 y media y las 3, que había tenido problemas con el metro para llegar al nuevo hostal. Me dijo la encargada que no había ningún problema, que no me preocupase, me esperaban a las 3 pm y me dio las gracias por avisar.

De nuevo dirección al metro, cargado con todas mis maletas, sudando a más no poder de camino a Kentish Town.

Cuando llegué llamé a la chica y me fue indicando como llegar al piso. Después de unos 30 minutos conseguí encontrarlo y llegue al edificio. Piso 22.

Me abre la puerta y conozco a la chica. En un primer momento pensé que era hindú o musulmana, parecía muy agradable. Nos sentamos en el salón y le pedí que por favor me diera un vaso de agua, ella además me ofreció papel para secarme los goterones de sudor que llevaba.

Sentados en el sofá me vuelve a contar lo que me dijo por teléfono un poco más detalladamente. Ella tenía 25 años era Business Development y el piso era suyo. Había estado viviendo allí los últimos 4-6 años y ahora lo dejaba para irse a Luton. Me explicaba que había otras dos chicas viviendo en el piso y que si estaba de acuerdo en vivir allí no había ningún problema. Perfecto pensé. Y fue entonces cuando me dijo que era musulmana y que había una serie de cosas que le pedía a la gente que vivía allí. Fue entonces cuando empecé a temerme lo peor. Ella me explicó que la gente que viviera en el piso  no podía introducir alcohol y que tampoco podía haber nada de cerdo en el piso…

Fuero unos 10 segundos de silencio en los que estoy seguro que me cambió la cara por completo pues ya me suponía todo lo que iba a significar eso. Con mi magnífico inglés le dije que ya había tenido una situación parecida en la que un vegetariano me decía que podía vivir en su casa pero que, aunque podía pedir carne y comerla, no podría cocinar carne en su casa. Al igual que al chico vegetariano le dije que respetaba su forma de pensar y/o sus costumbres, pero que buscaba un piso en el que si pagaba un alquiler por vivir allí esperaba poder cocinar y comer lo que me apeteciera.

Sinceramente creo que mi cara en esos momentos tenía que ser un poema, porque sabía lo que iba a pasar después.

La chica me daba las gracias por ser directo y decirle sinceramente lo que opinaba y pensaba. Ella decía que las otras chicas que vivían allí no eran musulmanas y no les importaba no comer cerdo ni beber alcohol en casa. Le pregunté:

“Por curiosidad ¿cómo vas a hacer para controlar que no se bebe alcohol ni se come cerdo en tu casa mientras tu no estas?

Me respondió que confiaba en la palabra de las chicas.

Ya estaba claro que ese no iba a ser mi piso, pero ahora tenía un problema con el trabajo. Le comenté que llevaba trabajando 4 días en un restaurante y que iba a llegar tarde al trabajo, que no podía llevarme las maletas al trabajo por que no había sitio en el restaurante para dejar todas mis cosas. Le dije que le hubiera agradecido que me hubiera dicho por teléfono (al igual que me dijo que el primero que viera la habitación se la quedaba) cuales eran las reglas para poder vivir en su piso. La chica argumentaba que no lo decía por que la gente no solía venir al ver el piso cuando le decía lo del alcohol y el cerdo. (¡!!¿?!!). Ella se disculpaba y me ofreció que podía dejar mis cosas en la casa y pasar una semana en ella mientras encontraba otro lugar donde quedarme, siempre que no bebiera alcohol en casa (fue raro, pero no dijo nada del cerdo). Yo le respondí que le daba las gracias por su oferta pero que por mi horario de trabajo llegaba tarde y no me parecía correcto molestar a las otras chicas durante una semana. Luego le dije que lo más divertido es que iba a perder el trabajo ya que iba a llegar tarde y era mi cuarto día de trabajo.

“Yo llamo a tu trabajo y le explico lo que ha pasado”.

Me imaginaba la conversación:

“Hola, soy Narasa, mira que soy una chica que tiene un piso en Kentish Town y al que Javi ha estado apunto de entrar. Lo que pasa es que como bebe alcohol y come cerdo al final no lo ha conseguido y es por eso que va a llegar tarde”.

Le agradecí el detalle, pero le dije que era yo quien tenía que solucionar mis problemas en el trabajo y que no me parecía correcto que fuera ella quien hablara con mi jefa.

Total, que le dije:

“Sinceramente, sin querer molestarte, gracias por nada”.

Me acompañó hasta la puerta, no paraba de decirme que lo sentía mucho. Yo no pude perder la oportunidad de preguntarle:

“Perdona una última pregunta, ¿conoces algún sitio por aquí cerca donde pueda comprar alcohol?... es una broma lo siento, a veces soy un poco sarcástico”

Llamé al restaurante antes de mi hora de entrada, les dije que estaba puteado, que no iba a poder ir a trabajar, había tenido unos problemas buscando piso y tenía que ir ahora a un hostal a soltar mis maletas. Hablé con una compañera, no con la encargada.


Sinceramente lo que más me ha molestado de esto ha sido las costumbres o creencias de la chica. Esta muy bien que decidas no tomar cerdo, que no quieras beber alcohol, pero porqué has de imponérselo a otras personas¿?. Evidentemente es su piso y yo contra eso no puedo hacer nada, pero lo que realmente me preocupa es que esa chica se queda tranquila estando fuera de su casa y sabiendo que la gente que vive en ella le ha dicho que no va a beber alcohol ni va a comer cerdo, eso le tranquiliza.

31 de Octubre, como no iba a ser este día. Grandes acontecimientos me han ocurrido en esta fecha tan señalada que han acabado en otros no menos interesantes momentos de mi vida. Este año, he perdido el trabajo, empiezo mi aventura personal en Londres y todo comienza de nuevo. No se que pasará, la verdad no tengo miedo, me encuentro como liberado. Ha sido muy difícil compaginar el trabajo con la búsqueda de piso. Después de casi un mes en Londres estoy casi igual que al principio que llegué, pero no me desanimo, no hay nada como volver a empezar.



Desde Kentish Town y con la total libertad que me brinda esta nueva oportunidad, me despido mientras me tomo un magnífico café mirando a la Meca.

lunes, 26 de octubre de 2009

No me llames Dolores llámame Lola

Hará ya un par de semanas que se puso en contacto conmigo, vía mail, una tal Cristina preguntándome si vivía cerca de Clapham Juction, para un puesto de camarero. Le respondí que por el momento estaba buscando piso y vivía cerca de Clapham North.

El viernes 23 me llamó por teléfono preguntándome que si seguía buscando trabajo me pasara el sábado a las 1 pm para hacer una prueba:

Trae camiseta negra, zapatos negros y vaqueros”.

Me dijo que si quería y me venía bien podía hacer la prueba ese mismo viernes y así empezar a trabajar el fin de semana si pasaba la prueba. Le dije que tenía unos pisos que ver y no me venía bien. En realidad podía haber ido a hacer la prueba pero antes quería volver a coger rodaje utilizando la bandeja de camarero y prepararme un poco de conversación en inglés para atender a los clientes.

Sábado 24 de Octubre 12.50 de la mañana. Entro en el bar para hacer la prueba, me dan delantal rojo y me dicen que me ponga con un chico. Un poco desubicado voy de aquí para allá intentando ayudar en lo que se podía, viendo que hacían los demás, recibiendo información, llevando platos a mesas and so on.

La jefa me pregunta que si me veo capaz de servir una paella para 6 personas. Me quedo mirándola y le digo que no (sujetar la paella con la izquierda y servirla para seis personas sin poner la paella en la mesa no era algo que me viera capaz de hacer el primer día). Al rato, algo que me sonó muy típico, una compañera (que era la que más dispuesta se había mostrado a ayudarme) me decía mientras trabajábamos:

 “Nunca le digas a la jefa que no, nunca. Le dices que sí y lo haces, ya verás que es fácil”.

Más tarde recogiendo una mesa, unas copas de cerveza  no me cabían en la mano así que las cogí por encima (metiendo los dedos dentro de la copa [que antes de hacerlo pensaba: “a ver, no son copas de vino, no puedo llevarlas entre los dedos, la única forma de llevarlas todas, con mis conocimientos, son tres en cada mano si no quiero ir a por la bandeja al office y así ir rápido”]) y al girarme ahí estaba la jefa, mirada de cabreada y…

Así no cojas las copas, que esto no es una tasca!

Total que estuve dos horas haciendo la prueba. Un poco perdido porque era difícil identificar los platos que iban saliendo de la cocina con lo que ponía en cada una de las comandas: “Classic Cod Fritters with parley”, “potato raviolis with Angus oxtail and vegetables with rioja wine sauce”, y bueno, hay algunas fáciles que te las sabes  “brava potato”, “marinated Seville olives”, pero es que, de identificar una o dos palabras del plato (o todas las palabras) a asociarlo a lo que estas viendo… no es tan fácil, que este restaurante no es una tasca

A las 3 pm me dice la jefa que le acompañe para hablar con ella. Salimos fuera y me dice:

Jefa: Qué tal Javier ¿cómo te has visto?

Experto: Pues bueno, un poco liado con los platos, pero más o menos bien…

Jefa: La verdad es que tienes cosas que están verdes, pero eso se puede mejorar, por lo demás te he visto atento y que sabías moverte.

Experto: (Claro, si estaba too el rato de un lao pa otro a ver si podía hacer algo, y como a veces no sabía que hacer disimulaba moviéndome…)

Jefa: Bueno pues mira, en principio ibas a hacer el training el lunes, pero como tengo un camarero que no puede venir este fin de semana que te parece si empiezas esta tarde y mañana también.

Así que nada, me dieron de comer, y tuve descanso de 2 horas, hasta que luego volví al lío. Empecé a las 5 pm y acabé a las 12.30 de la noche. Poco a poco iba aprendiendo, pero aún así me seguía perdido a veces sin saber que hacer. Como era de esperar me tocó barrer y fregar y por último enfundarme  los guantes y fregar los baños. Era el nuevo. Acabamos sobre las una de la noche, estábamos el manager, dos camareros y yo. Nos quedamos cenando y tomando unas cervezas.

La verdad es que, por la conversación que tuvimos aquella noche, y por las cosas que decía el manager (que se iba al día siguiente y no hablaba muy bien del restaurante, pero era muy simpático y a todos les caía muy bien) me plantee muy seriamente no volver al día siguiente o dejarlo (además el decía que la dueña le había dicho que sólo me cogían para una sustitución hasta el martes y que luego me echarían, por otro lado ella me había dicho que este mes me pagaría en cash pero que para el siguiente necesitaba un número de cuenta). Es un restaurante español (de catalanes) donde todos los camareros hablan español, lo que no me permitía practicar inglés, sólo con los clientes. Además, no hay ningún tipo de contrato (aunque si hay compañeros que llevan 4 meses (sin contrato también), se quejaban de que los jefes son puñeteros, etc.

Luego, por la noche, aunque estaba cansadísimo y con un dolor de rodillas increíble, me costó 2 horas coger el sueño. No paraba de darle vueltas a la cabeza sobre que hacer: si volver al día siguiente para trabajar, si volver y decirle que no seguía, si no volver, si trabajar en español iba a ser lo mejor, etc etc.

Volví, había dos camisetas y dos delantales para mi, el dispositivo de la maquina con mi nombre para poder grabar comandas y mi horario de la semana siguiente, empezando con mi training del lunes.

Finalmente he decidido quedarme, ver como evoluciona y por lo menos estar un mes, mientras puedo seguir buscando otro trabajo en las horas o días libres, y gano dinero para mantenerme el mes.


Hoy es Lunes, he hecho mi training, he trabajado 4 horas, y mañana trabajo otras cuatro de 8 pm a 12 pm (hago unas 30-35 horas a la semana). Por ahora no va mal la cosa, quien me iba a decir a mí que iba a comer o cenar todos los días en un restaurante… C’est la class!!

P.D: Todavía no tengo piso, ufff, toiiiii!!! Toiiii que no toiiii¡¡¡¡¡¡!!!!!. A ver si sale ya antes de este viernes.

P.D.2: Este jueves he quedado con Carlos, de Juanelo Catofen. Tiene que hacer unas fotos a la catedral de San Paul’s para su Master de fotografía. Me mandó un mail diciéndome que necesitaba un gran favor, que no conocía a nadie más aquí en Londres que le pudiera ayudar. Le llamé, quiere hacer algo original, quiere que me disfrace de San Pedro y hacer fotos en la catedral. Le dije: ¿no conocías a nadie más en Londres? ¿o no conocías a otro gilipollas que supieras que lo iba a hacer?. Total, el jueves hago mi primer book católico.

P.D 3: Link al restaurante (tu verás como al final, de tanto click lo posiciono orgánicamente de los cinco primeros en Google y se meten en mi blog (los jefes), lo que faltaría vamos, :P)



Palabra de día:
Squirrel: Ardilla. (de la película UP, buen chiste contra su competencia (Ice Age Dreamworks)

martes, 13 de octubre de 2009

ANUNCIO: SÉ VENDE



Buscar piso en Londres es como tener un trabajo de oficina de 12 horas al día delante de un ordenador en el que, de vez en cuando, te reúnes con clientes a los que tienes que ir a ver para venderle tu producto, sólo que en este caso el producto es uno mismo.

Tú conoces tu producto muy bien: sus características, sus ventajas y desventajas frente al competidor, la garantía de calidad, la buena relación con el cliente post-venta, su valor único… Te encuentras reunido con el cliente y como vendedor tienes que ser capaz de identificar sus necesidades, sus gustos y preferencias, sus miedos y objeciones… en definitiva lo “único” que un buen comercial debe de hacer, para facilitar e intentar asegurarse una venta, es adaptarse a cada tipo de cliente  consiguiendo hablar su mismo idioma… Y claro, ante esta situación nos encontramos con 3 tipos de venta:

Venta segura (cliente desesperado): Se da con ese tipo de clientes que lo mismo puede ser un italiano cocktelero que te deleita con sus dotes como barman lanzando botellas de arriba a bajo en la habitación, como el Japonés gafapasta con mechas rubias que lo único que te sabe decir en inglés es “yes,yes!!” y te entran ganas de darle aunque sea un euro pa’, ya que estas allí, tomarte una cerveza fresquita y si la cosa se lía le das otro y te comes unos tallarines.

Como vemos, el cliente esta desesperado por adquirir el producto y es capaz de hacer de todo, o de nada, para conseguirlo.

Venta trabajada (Cliente inseguro): Con este tipo de clientes todo transcurre normal: te enseña la cocina, el cuarto de baño, tu habitación…, hasta que te invita a sentarte en el salón para un pequeño cuestionario. Por que, eso si, la casa puede estar patas arriba, con cajas por todos lados y ropa por todos sitios (que cuando te invitó a sentarte quisiste esperar a ver dónde lo hacía él para ver a que es lo que llamaba ‘sofá’) pero el cliente quiere saber lo que compra y te hace sus  preguntas:

Cliente: ¿Fumas?

Vendedor: (“bien, te la sabes”) No mucho, de vez en cuando, uno o dos al día, pero no es un problema para mí si no se puede fumar en el piso, lo quiero dejar.

Cliente: ¿Y que hay sobre las drogas?:

Vendedor: perdona ¿qué dijiste?

Cliente: Sí sí, drogas: hierba, éxtasis, heroína, cocaína…

[Que claro, esto es algo que a mi como vendedor no me han preguntado nunca a los 5 minutos de entrar a un domicilio, pero ni si quiera mi madre (ella directamente no me dejaba entrar al domicilio…). Pero oye, que uno tiene estudios de estadística y las preguntas filtro las sabe identificar, el problema es que, después de lo que has visto, no sabes si decir que “NO” es bueno o malo para seguir pudiendo hacer la encuesta. Total que, optas por una respuesta “neutra” para intentar que no te descarten y seguir adelante…]

Vendedor: Sinceramente, lo único que he probado ha sido el hachís.

Lo increíble es que el cliente va tomando nota de todo lo que va preguntando.

Como podemos ver en este caso, el cliente está inseguro ante la decisión de compra en la que se encuentra e intenta minimizar el riesgo mediante la recopilación de información. Ante esto, al vendedor sólo le queda causar buena impresión, mostrar su interés y contestar el cuestionario. Aún así, puede que algún competidor se lleve la venta haciendo promociones especiales y regalando algunos gramos.  

Venta Común (Cliente busca, sé informa, compara y decide): El mayor problema con el que se encuentra un vendedor en Londres es que existe una gran oferta de “flatmates”, por lo que el cliente se encuentra con su mayor dificultad: La Elección.
Como vendedor, pasas a ser un número dentro de una lista de mínimo 20 personas, y tienes que conseguir que ese número represente para el cliente algo más que un simple orden. Por lo general suele ser complicado:

-          En ocasiones entras a pisos sin salón donde es difícil entablar una conversación más social y la visita simplemente es para ver la habitación, menos de 5 minutos.

-          Otras veces tienes la suerte de poder sentarte en el salón, hablar unos 15-20 minutos, tomarte un vaso de agua e intentar probar suerte. Pero claro, si en vez de vender tu producto como “bueno” lo vendes como “güeno” y a veces, quizá ni si quiera te entienden (uno nunca lo llega a saber del todo), puede que sea más complicado aún.

-          En otras ocasiones es imposible vender nada. Cuando llegas al piso ya están saliendo por la puerta dos competidores, arriba hay 3 más, y mientras el cliente te enseña la casa oyes otro par de veces el timbre, sólo te da tiempo a decir cuatro cosas y a poner tus datos en una lista de 4 páginas. Te dicen: estamos en contacto!! Y tienes que esperar unos días a ver que pasa.


Aquí el cliente ante una gran oferta no le queda más que buscar, comparar y decidir. Como vendedores sólo nos queda dar lo mejor de nosotros mismos e ir adquiriendo experiencia sobre que es lo que quiere el cliente para finalmente poder hablar su mismo idioma.




Ya hace una semana que llegué a Londres, y la cosa no está yendo mal. Apenas he tenido 7 visitas a pisos, y 4 fueron ayer. Poco a poco te vas dando cuenta de lo que tienes que elegir, a quien tienes que llamar, como conseguir la cita el primero, etc, etc. Lo bueno es que no paran de salir ofertas en Internet, por lo que no estoy preocupado por eso. Estoy a la espera de que el miércoles me contesten de una magnífica casa en Brixton que vi anoche, veremos que pasa… Hoy tengo como mínimo una visita por la tarde al oeste de Londres en una casa Victoriana.

Respecto al trabajo, he podido terminar de hacer mis dos curriculums, uno para empresas y otro para servicios (en este último incluyo mi ya conocida experiencia como camarero en Juanelo Catofen en Madrid (saludos!!)  y en el Abanico de Sevilla. He encontrado ya muchas páginas con trabajo para españoles y habré enviado unos 80 curriculums, todo es esperar, por el momento quiero conseguir piso esta semana y empezar a dedicarme enteramente a la búsqueda de trabajo la próxima.



Así que nada, el vendedor vuelve como cada mañana a su ordenador a seguir buscando clientes a los que visitar para venderle su producto, un saludo y un abrazo desde Londres!!!





Palabra del Día:  ROUGH neighborhood: barrio peligroso/chungo
                           It’s a ROUGHLY rough neighborhood: más o menos es un barrio chungo

miércoles, 7 de octubre de 2009

El Primer Día

Llegué a Londres una mañana del 6 de Octubre de 2009 a las 7.37h…

Tuve un magnífico viaje en ventanilla con unas vistas sobre el cielo y las nubes espectaculares, por el momento no me canso de viajar en avión y estar mirando por la ventanilla todo el viaje igual que un niño pequeño. Al fin pude experimentar lo que es viajar con Ryanair!!! es un auténtico teletienda a 3.000 mil pies de altura, increíble.

Ver Inglaterra desde el aire me fue imposible, a no ser que sea blanca y con forma de nube, entonces sí que la vi!

Al llegar, cogí el autobús en el aeropuerto de Standset y antes de comenzar el viaje el conductor dijo en inglés que nos pusiéramos el cinturón, al momento dijo “ESPAÑOLES CINTURÓN”. Es una pena que ese pobre conductor sólo sepa decir en español cinturón porque nosotros somos los únicos viajeros que no nos importa que, en nuestro país o cualquier otro, haya un cartel indicando que es obligatorio ponerse el cinturón. No sé, pobre conductor, deberíamos hacer algo más para que ese hombre mejorara su español, comer en el autobús, escupir… “ESPAÑPOLES, NO ESCUPIR”… Desde luego esta clara una cosa, parece que ya nos han aceptado como los más ruidosos y no avisan que no se grite en el autobús, pero a mí me tocó una familia española, a la izquierda, a la derecha, delante y detrás (1 familia) y por dios vaya sopor de viaje que me dieron: Standset-London à 1h 30min.

Español 1: eh mira Jose!!!!, ¿has visto como conducen por la izquierda?
Jose: Uff, es verdad no me  acordaba!!!, ya estaba pensando yo decirle al conductor “NO WAY, NO WAY, WRONG, WRONG”!!!!

Después de que el autobús me diera un paseito por la ciudad, viendo bastantes monumentos y lugares típicos, llegamos a Victoria. Y maleta en mano a buscar un sitio donde conectarme a Internet. Lo primero que encontré fue el Starbucks donde, aunque  ponga 100% free Wifi, te tienes que sacar una tarjeta, registrarte y conectarte. Y claro, de todo esto te enteras cuando estas sentado en la silla, con la maleta a los pies, la mochila encima de las piernas, el chaqueton puesto y el café encima de la mesa. Que te entran ganas de todo, menos de levantarte y dejar todas tus cosas solas pa’ ponerte a pensar como se dice en inglés “oye tu el Internet no me va, me hace falta una StarbucksCard para conectarme a Internet”, con lo que te ha costao’ que te dieran el café. :P

Total, que intenté conectarme a otras líneas, pero aquello no marchaba del todo bien, así que fui yo quien se marchó. Había podido ver en el Google Map que cerca había una zona comercial que finalmente resultó ser la estación de trenes y metro de Victoria. Me compré la tarjeta Oyster, saqué un poco de dinero e intenté comprar una tarjeta SIM para el móvil, pero en ninguna tienda le quedaban. Así que, me puse a andar por la calle comercial que hay cerca buscando otras tiendas, pasando por el Banco Santander Abbey, Zara, tiendas de moviles sin tarjeta pa’mi… 

Había un  montón de gente que salía de trabajar para comer, eran las 12h, y mientras caminaba había unos olores y unas comidas… increíbles: una comida italiana por aquí, comida india por allí, mucha fruta por allá, comida de aquí por aquí… Pero sólo me dedique a ver y a pasear mientras intentaba encontrar un bar que anunciara que tenía Internet, por que con la gente que había en ese momento y las maletas que yo llevaba prefería no entrar en cada bar preguntando “GÜIFI?GÜIFI?”. Finalmente entre a un Locutorio, pedí que me dieran una tarjeta de la compañía 3 y cuando vio mi móvil el dependiente hindú me dijo que mi móvil era tan antiguo que con esa compañía no funcionaba. Pero como no tenía tarjeta pensé que sólo quería venderme otra, así que  acabé conectándome a Internet.

Me compré una Diet Coke, y pude confirmar aquello que nunca me creía pero que sabía de que la coca-cola tiene diferente sabor en diferentes países. Y joder, ya fue difícil acostumbrarme a la Light de España que ahora voy a tener que acostumbrarme a esta. No esta mala pero no es igual, y luego creo recordar que en España todo es en 0%, y este tiene <1% en calorías y <1% en sal, que la verdad no se si la nuestra lleva sal, pero si no la tiene ya se por que sabe diferente.

Hable por Internet con Adrian, amigo de mi hermano de Córdoba que vive aquí en Londres desde hace 3 años y medio, y decidimos vernos para poder soltar mis maletas y comer que ya iban a dar las 2 de la tarde.

Así que cogí el metro, por suerte ya no estoy tan perdido como la vez que estuve en Paris ni la primera vez en Madrid, ya se ha encargado la capital de darle a uno experiencia, pero seguro que tardaré también en acostumbrarme al de aquí. Del metro destacar la publicidad en pequeñas pantallas que hay, en Victoria Station, mientras bajas las escaleras, un video, que empiezas a ver al principio, te sigue hasta que llegas abajo. En otra estación en las escaleras por cada pantalla había un cartelito con publicidad diferente, con lo cual vas entretenido leyendo y recibiendo impactos (publicitarios).

Al vagón de Victoria sólo le falta una enagüilla y un brasero para parecer que estas en el salón de casa. Los asientos acolchados están forrados con tela, y la verdad son muy cómodos, pero me hacía pensar que no tiene que ser muy divertido ni barato de limpiar (si es que lo hacen) y con el tema de la gripe A supongo que lo habrán tenido en cuenta, que si no un día me veo sentado encima de ella…

Llegué a la estación de Claphan North, por debajo del Támsesis al sur de Londres y cerca de Brixton. La estación me resultó muy cosy con su música clásica de fondo y las plantas en sus tiestos puestos en las ventanas que dan a la calle.

Me recogió Adrian y fuimos a su piso a soltar las maletas y luego a comer, acabamos comiendo en un Italiano donde la camarera era una italiana muy simpática. Aun así, a la hora de cobrar pagué la cuenta y quedaba un pico por devolver. Le pregunté a Adrian que si aquí se daba propina obligatoria como en EEUU, el me dijo que no pero que a veces se suele dejar un 10%, aún así decía que la camarera no iba a ser tan descarada de no traer la vuelta. Nos fuimos del bar sin volver a hablar con la camarera, total eran 40P.

La tarde la pasé hablando con Adrian sobre Londres y tomando café para no caerme muerto. Salimos a comprar una tarjeta para mi móvil, compré por 1£ la tarjeta de la compañía 3 y como me dijo el dependiente hindú no funcionaba (dependientes hindús ganan 1 punto). Así que ahora estoy con O2, telefónica no le deja a uno en paz este en el país que este. Fuimos a un supermercado, bastante grande pero que ahora no recuerdo el nombre (maybe salesbury) y es increíble, la cantidad y variedad de comida, de todas clases, y países: hindú, asiática, griega, italiana,… y claro está, un montón de comida nueva que no conozco y que me da muchas ganas de ponerme a experimentar y cocinar. Como curiosidad la leche, que por lo visto la que más suelen comprar los ingleses es refrigerada sin tener el proceso “X” (que la hierven y luego la enfrían rápidamente creo) por lo que la leche no la pueden dejar fuera de la nevera como en España porque si no se pondría mala, algo curioso y además el packaging donde viene me gustó mucho.

Y poco más, el resto del día lo pase lidiando con telefónica y sus SMS, cenando, mirando pisos y trabajo en Internet, me acosté tempranito para poder empezar hoy el día con fuerza.

Así que, vamos a ver que tal, espero que me vaya mejor que el día que hace.
 



Palabra del día: no se dice tarjeta pre-payed si no Pay as you go

martes, 6 de octubre de 2009

Salida de Madrid

4. 45 h de la noche, zona de embarque B29, esperando a que den las 5.51 h para poder embarcar. Comienzo a escribir mi primera entrada en el blog sentado al lado de un cura negro con un Mac blanco que seguramente estará respondiendo los mails de todos sus fieles:

“Querida Marta, el problema que me planteas es realmente grave, he de decirte que para que seas perdonada y dios se apiade de ti deberás  publicar tres Padres Nuestros y un Ave María en tu muro del Facebook con el título: ‘Marta, pecadora’.”

Atentamente Jesús, tu cura online


Total, que como se puede leer estoy cansadito y me ha costado no dormirme. Me ha bastado un café solo con hielo y unos cigarritos para mantenerme despierto.

Fastidiado estoy porque antes de salir del piso de Madrid tuve que dejar más ropa y más cosas de las que pensaba ya que mi báscula decía que me pasaba 3 kilos. Cuando llegué al aeropuerto, (no sin sufrir por última vez la típica presión del metro de Madrid yendo a contra-reloj: me monté en el último tren hacia Barajas a las 1.30, después de hacer dos trasbordos, y nada más entrar y sentarme se cerraron las puertas, 20 euros de taxi que me ahorré y camiseta sudada que llevé), pesé mis maletas en uno de los mostradores y aliviado ponía 15 kilos exactos, después al facturarla más tarde marcaba 11,5 kilos lo que me ha dado bastante coraje. Quien sabe, quizá el peso estaba ya en libras…

Por lo demás bien, ya hacía tiempo que no venía a un aeropuerto y la verdad que ésta vez estaba más feliz que la última que vine… Por el momento parece que no soy consciente de a donde voy y supongo que me daré cuenta cuando me lo diga el piloto… pero es una sensación extraña de tranquilidad, en la que no tengo prisa y sé que todo va a llegar.

Como era de esperar aquí el GüiFI hay que pagarlo y esta a 5 euros los 30 minutos, por lo que seguramente publicaré esto una vez esté en Londres, o puede que le pida al cura que me deje subirlo en su ordenador ya que el tiene conexión directa…

El megáfono:

“Para respetar a todos y dar un nuevo aire a Barajas, existen puntos para fumadores, por favor diríjase a ellos para crear buen ambiente”

Esta claro que donde yo estoy ahora, que no se puede fumar, no hay buen ambiente, sólo esta el cura. Lo gracioso es que en inglés dice lo mismo, debería encontrar esos puntos de fumadores con ambiente.

En fin, no me queda más que despedirme de España y de Madrid, sinceramente un gran año en la capital.

Bye Bye España, bye bye Madrid